Educación ambiental para mejorar la vida en las ciudades
En el marco del más reciente “Encuentro de educación ambiental: experiencias urbanas y periurbanas”, facilitado por la Organización para Estudios Tropicales, Proyecto TEVU y el Centro de Educación Ambiental de la UNED, compartimos algunas de las ideas que surgieron en el intercambio de conocimientos, saberes y el fortalecimiento de las redes y colaboraciones que hay en los entornos urbanos.
La educación ambiental busca mejorar las condiciones de vida de las personas, las comunidades, y los ecosistemas a través de una mayor comprensión de nuestro entorno, conciencia sobre las causas y efectos de las problemáticas socioambientales, generación de propuestas de acción, y que esto a su vez fortalezca la participación activa y toma decisiones hacia una cultura ambiental.
Esta educación y sensibilización se manifiesta de diferentes maneras, desde las escuelas donde se impacta a niños, niñas, jóvenes y sus familias sobre la importancia de mejorar nuestra relación con el ambiente, y también colegios y universidades. Además, podemos encontrarlo en campamentos, en actividades en las comunidades o en los medios de comunicación.
Algo muy importante es que no es excluyente, la educación ambiental reconoce los diferentes saberes y conocimientos de las demás personas, en sus contextos y en sus espacios.
“Quiero recalcar que los procesos de educación ambiental deben ser liberadores, porque nos permite romper hábitos que nos perjudican y buscar alternativas más sanas con nosotros mismos y nuestro entorno como parte del ecosistema. Para eso también es importante sumar esfuerzos entre todos y crear comunidad en búsqueda de objetivos comunes”, nos cuenta la bióloga tropical Urpi Castañeda, Gestora de Educación Ambiental y Extensión de la OET.
El encuentro se realizó en las instalaciones de la OET en la Ciudad de la Investigación en la Universidad de Costa Rica y contó con la participación de más de 50 personas de gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de base, academia, MEP, SINAC y otros. Este primer esfuerzo permitió la identificación de algunas fortalezas, limitaciones, necesidades, recomendaciones y temáticas clave en el quehacer de la educación ambiental, así como el intercambio de algunas experiencias y herramientas de aprendizaje. Se espera seguir avanzando y fortaleciendo de manera colaborativa nuestro objetivo de conectando a las personas con los trópicos por el futuro de nuestro planeta.