Cuarenta y tres hectáreas rehabilitadas en seis meses: ¿qué es la rehabilitación del paisaje?

Carla Padilla

Carla Padilla

Ing. forestal especialista en arboricultura y gestión del paisaje urbano

Fabricio

Fabricio

Ing. forestal especialista en arboricultura y gestión del paisaje urbano


  • Los beneficios que los árboles brindan son tan amplios como su tamaño en la ciudad lo permita, por ejemplo, un árbol de cuatro metros puede absorber diariamente el CO² generado por 100 vehículos.

Esta acción corresponde a identificación de las zonas de intervención y priorización de áreas a rehabilitar dentro del paisaje urbano principalmente empleando para ello especies nativas para mejorar el ecosistema urbano. Las áreas de acción para este proceso se desglosan en sitios como: espacios públicos verdes, áreas urbanas verdes, aceras, bulevares, parques, corredores biológicos interurbanos, áreas de protección y cualquier otro espacio disponible.

Para realizar las intervenciones priorizamos la cantidad y calidad de las unidades verdes a establecer; llamamos unidades verdes al conjunto de plantas en sus diversas categorías: árboles, arbustos y herbáceas. Las actividades como tal van desde la reforestación, arborización, rehabilitación, recuperación o regeneración natural asistida que permitan el reverdecimiento del paisaje urbano.

Con las actividades del año 2022 se logró rehabilitar un total de 45.3 hectáreas. Se han intervenido un total de 5 sitios en el sector oeste del territorio con un total de 7.9 ha sido restauradas en los cantones de Belén, Heredia, San José, Alajuelita y San Pablo de Heredia. En total se han plantado 288 individuos entre árboles y arbustos nativos y 30 plantas ornamentales entre nativas y exóticas.

Para lograrlo se contempló en su planificación, ejecución y mantenimiento el apoyo de las unidades ambientales de los gobiernos locales, así como con participación activa de la comunidad aledaña. En ocasiones también nos acompañaron personas voluntarias, centros educativos, miembros de corredores biológicos, grupos de empresa, entre otras personas de la sociedad civil. En el sector este se logró la intervención de 19.60 hectáreas intervenidas para este 2022, en los cantones de Curridabat y La Unión. 

La consolidación del reverdecimiento de la ciudad es necesario si deseamos poder contar con una mejor calidad de vida. Una de las principales premisas es que se logre establecer la vegetación plantada y que sus distintas etapas desarrollo permita brindar la mayor cantidad de servicios ecosistémicos. Para esto se ha fomentado la sensibilización sobre el seguimiento y mantenimiento dado a las plantas en su nuevo hogar. En esta fase ha tomado un papel protagonista los gobiernos locales quienes vigilan y brindan el mantenimiento a las nuevas plantas. Las comunidades también han aportado significativamente en este tema, desde el proyecto TEVU hemos creado las Cartas de Compromiso donde de manera simbólica personas cercanas a las comunidades donde los árboles son plantados, se comprometen voluntariamente a involucrarse a actividades de seguimiento específicas tales como riego (cuando es posible), monitoreo de tutores, eliminación de plantas arvenses, y otras de cuido en general a estos individuos. Esto ha repercutido en un empoderamiento de las comunidades sobre sus espacios verdes más cercanos, donde incluso la mayoría de las veces también son consultadas sobre sus intereses y necesidades respecto a las plantas y su opinión es valorada en la correcta elección de la especie.

Los beneficios y servicios que los árboles brindan son tan amplios como su tamaño en la ciudad lo permita. Por ejemplo, un árbol de cuatro metros puede absorber diariamente el CO² generado por 100 vehículos, producirá oxígeno para unas 5 personas, su copa amortiguará ruidos y sonidos, proyectará una sombra capaz de reducir la temperatura en casi 10 °C, atraerá fauna favoreciendo la fauna urbana, mejora la recarga de acuíferos, entre otros servicios ecosistémicos (Gómez, 2015).  Además, el árbol aporta otros beneficios directos al ciudadano como: disminución del estrés asociado a la presencia de árboles urbanos (Hull, 1992), pacientes de hospitales que tiene posibilidad de ver árboles desde sus ventanas se recuperan significativamente más rápido (Ulrich, 1984) y adicionalmente el arbolado aumenta la percepción de seguridad, disminuye los crímenes y reduce la violencia (Corraliza citado por Gómez, 1995).

La mejora de las coberturas verdes con arbustos y herbáceas permite que se mejore la conectividad para otros organismos como las abejas e insectos que se ven beneficiados con plantas nativas para su ciclo de vida en la ciudad. El reverdecimiento tiene como premisa el fortalecimiento de la resiliencia de las poblaciones urbanas vulnerables y contribuir a la mitigación del cambio climático.